Una gramática coherente: construir redes entre el código y el uso para la comunicación. Grecia

Decía J. P.B. Allen allá por 1987 que una gramática pedagógica debe ofrecer un cuadro comparativamente informal de definiciones, esquemas, ejercicios y reglas explícitas. Yo añadiría que esas reglas deben ser coherentes, abarcadoras y acordes con el nivel. Pero si a todo esto le añadimos contextos de uso y reflexión sobre los fenómenos que causen mayor dificultad al grupo de estudiantes, además de prácticas variadas que tengan en cuenta el contexto de aprendizaje, estaremos a punto de lograr que la gramática se convierta en un instrumento para la comunicación. Un aprendizaje integral nos motiva a reflexionar sobre la necesidad de presentar temas y valores que permitan el desarrollo de la personalidad, el intercambio cultural y el pensamiento crítico. Trabajar en clase este tipo de contenidos nos ayuda a propiciar una experiencia de aprendizaje más significativa.

En nuestro encuentro trataremos de ejemplificar de manera práctica todo lo mencionado partiendo del nivel A y llegando hasta el B2 para comprender, por ejemplo, la coherencia de la regla que nos permite decir en el B2 Mira Márquez, ¡y parecía tímido!, pasando por el B1 con este caso: Perdona ya me iba, habiendo empezado en el A2 con ¿Qué edad tenías en esta foto? Si en cada caso necesitamos reglas diferentes, algo hemos hecho mal.